martes, 3 de marzo de 2009

un jipi world

Dentro de poco sería el festival. Una columna de papeles (o algo parecido al algodón), seres extraños y cosas pegajosas se juntarían en la plaza central.
- No me gusta este jodido festival- dijo Aurú desde su asiento.
-A mi tampoco, es más, creo que esta vez apestará más que el año pasado-advierte Tarara con el ceño fruncido y la boca torcida.
-¡Bah! no te procupes demasiado, esta vez tengo un plan.

A pesar de que el cielo cambiaba constantemente de color, esta vez se encontraba pacificamente establecido un azul muy tenue, casi blanco. Las calles curvas que formaban una espiral de la ciudad, mantenían su verde frondoso con unos toques de negro.
Pasados dos días la bola gigante empezaba a crecer. La gente era incapaz de moverla aunque ésta fuera de un tamaño insignificante. Crecía con rapidez a lo largo de los días hasta alcanzar proporciones titanicas.

Aurú caminaba despacio, pretendía divisar a chicos guapos entre la multitud (si tenían la greña larga era aún mejor).
Tres días de taco de ojo y tambien tres días donde las cosas empezaban a oler mal, muy mal.
"maldición, lo que me temía, esta vez olerá peor" se decía una y otra vez como queriendo parecer preocupada.
"¡Aurú!". Grita Tarara desde un extremo de la plaza sacudiendo las manos.
El plan estaba en marcha.

Era muy arriesgado pero el que el padre de Tarara fuera el alcalde de la ciudad facilitaba las cosas.
"Robé las llaves anoche" dice Tarara, ahora sí preocupada.
Cuando Aurú abría la boca para contestar, la bola imensa empezó a gritar. Los seres extraños ya salen, la gente tendrá que matarlos ahora, esta vez era un poco dificil de imaginar hasta qué proporciones crecería... el año pasado media ciudad fue destruida y ésa bola no le llegaba a los talones a esto.
Corrió aprisa, se trepó a las escaleras más cercanas al resguardo de agua de la ciudad. Si esto no funcionaba... entonces nada lo haría.
Aurú ,ya con las llaves en la mano, entró al lugar. Estaba oscuro y trató de recordar las instrucciones de Tarara para abrir la presa.
Una palanca, luego dos botones azules y al último, el rojo.
El agua corrió y Aurú quedó atrapada contra la pared y el chorro de agua que salía despotricada contra su estómago.
"Diablos..." (¿por qué siempre tenía que maldecir?) Se sumergió y abrió la compuerta. El agua corrió en la direccion que estaba prevista, justo hacia la bola titanica.
El agua arrasó con la bola y de paso con la plaza, las casas, los hombres, las niñas, los niños, los árboles...

--¡John!- dice Yoko muy preocupada. ¡Te esta saliendo espuma verde del ombligo!
¡Con una chingada, ya metete a bañar!
-- ¡NO! que hueva, todavía faltan tres días.

2 comentarios:

  1. acaso se trataba de una bola de mugre


    historia en el giro del de los juguetes no?


    me gusto, pero creo q tenia mas potencial como sci-fi que como fantasia... si acaso la entendi..

    muy cansado para analizar bien

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