lunes, 30 de noviembre de 2009

Hatred

¡Ay de ellos que creen estar más cerca de la mano de Dios,
pues son precisamente ellos que sin saberlo están mas alejados de él!
Pues quien no conoce el sufrimiento, la agonía y el suicidio,
no sabe de lo que él es capaz.
¡Lloran preguntándose por qué les fue enviada semejante traición!
¡Pobres de ellos , mimados!
¡Solo les aguarda desesperación!
Y si una estrella cae del cielo,
¡Reclaman, aúllan!
El que quiere lo mejor para su basura,
no es precisamente puro amor el que su corazón alberga.
Egoísmo, soberbia
¡Ay de ellos que piensan que privar de libertad les ahorrá fatiga!
Santos creen que un día serán
¡Sean humildes, sufran!
Y tal vez un día morirán

Adolfo

El cielo esta azul, aunque con manchas extrañas en el.
Adolfo, un esposo, padre y trabajador ejemplar, sale de su casa una mañana de agosto. Se despide de sus esposa en la puerta nacarada de su hogar y se instala en la parada de autobus.
Va tarde y se impacienta, esta nervioso. Tal vez su jefe lo regañe, es la tercera vez que llega con quince o veinte minutos de retraso.
Por fin llega el camión y lo aborda inmediatamente, no sin antes darse cuenta que esta vez esta deslumbrante, en fin, no le da importancia y se sube.

Toma un asiento, el que sus ojos eligen al azar.
Mira por la ventanilla.
-El jefe va a matarme -piensa mientras se muerde las uñas.

Parecía que un imán atraía sus pupilas hacia el cristal

-que dem... ?

Detrás del vidrio se observaban los edificios, torcidos, negros, incluso... podridos?
De inmediato desvia la mirada, tenía que buscar algún transeúnte, esto tenía que ser producto de la cafiaspirina con coca de la mañana. ¿O serían los huevos fritos?

De cualquier forma, esto era espeluznante. Las personas parecían mas bien algo grotesco parecido a animales de gran tamaño, incluso creyó observar una especie de robot caminando por la acera.

Volteó a ver a las personas que iban en el camión.
Tenían las caras desencajadas y nerviosas, también el vidrio parecía ejercer una especie de magnetismo hacia ellas.

Se generalizaba, Alfredo no podía más, iba a salir. Las figuras a veces se acercaban mucho al camión. Eran monstruos.

Entonces ocurrió.

Una forma gigante surgió detrás de los edificios. Agitaba las manos y tomaba a las criaturas.
- Esto es un ataque, tenemos que salir de aqui.-pensó Alfredo.
La primera persona que se percató, se dirigió ahacia la puerta. Alfredo estaba inmovil, atorado en su asiento.
Las demás personas intentaban salir del camión, pero la puerta estaba atascada.
El caos se hizo presente, el chofer se levantó y también trató de abrir la puerta.
Alfredo solo podía abrir los ojos hasta donde su orbita se lo permitía.
Luego, el camión empezó a sentirse caliente, asfixiante.
¡Se incendiaba! ¡el camión se incendiaba por la parte de atrás! Salía humo negro que parecia dirigido a Alfredo y éste, por fin se levantó. Se unió a los gritos desquiciados de los demás tratando de derribar la puerta. Entonces...

-¡Hijo! ¡ven a comer! es la última vez que te lo digo.

Un niño obeso en un cuarto azul jugando con sus monitos contesta: -¡ya voy mamá!- mientras avienta los monitos que tenia en la mano.
Las casitas ya estan muy viejas al igual que los monitos. Lo nuevo era el camionsito, reluciente y amarillo.
Sale del cuarto dando traspiés y tirando el encendedor que tenía en la mano.

Tarde

Tarde, muy tarde.
Al parecer esas palabras hacían un eco increible en mi cerebro. Las repetía una y otra vez como autómata.

Hace algunos meses se realizó una expedicion hacia cumbres del norte nunca antes exploradas por el hombre, dato asombroso dadas las inmensas ganas del hombre por dominar su entorno.
Asimismo, parecia antinatural que se hubiera truncado tantas veces la libre búsqueda en esas tierras vírgenes.

La primer noche de la exploración, el campamento observó claras señales de presencia inteligente alrededor de ellos.
Algunas cosas aparecieron fuera de su lugar, otras, simplemente desaparecieron.
Además, casi a la mitad del recorrido, fueron sitiados por una raza desconocida de perros, si es que a eso se le podia llamar perros; seguidos por un ser de enormes proporciones, de piel plateada y cabellos blancos.

El corazón les dió un vuelco atroz cuando descubrieron su rostro humanoide.
Esto era indescriptible.
Una manada de creaturas siniestras comandada por el que seguramente habia sido reportado como "pie grande", si a algo se le podía atribuir ese nombre, era precisamente a eso.
Inmediatamente la gente dentro del campamento pidió refuerzos. Esta situación rebasaba cualquier expectativa.
Por alguna razón los perros gigantes dejaron huir a los sitiados, pero ellos les siguian los pasos.
Para cuando llegaron los refuerzos ya habian muerto varios perros a manos de los exploradores.
El líder había desaparecido en un momemento insondable de la persecución.
Cuando los helicopteros aterrizaron también lo hizo el.
Salió de entre las espesas nubes y se paró en una roca.
Este ser, además, estaba alado.
No podía ser.
Entonces todas las suposiciones planteadas anteriormente quedaban anuladas.
Lo mas parecido a su apariencia era a la de un ángel.
Le dispararon a matar. El angel esquivó los primeros disparos mientras entonaba una canción, una melodía ensordecedora, irremisiblemente hermosa y que sin embargo, alteró aun más a los miembros de la milicia.
El ángel cayó herido y fue llevado a un laboratorio para ser estudiado a profundidad.
Hace algunos minutos dijo unas palabras en una lengua mistica, no carente de musicalidad y tristeza.
El ángel dejaba este mundo, abrumado.
Ellos trataban de salvarlo.
Yo sólo repetía lo que mi corazón me dictaba decir.
Tarde, muy tarde.

A Hécate

¡Ay! ¡no llamó! ¡soy presa de unos dolores terribles!
¡Me retuerzo!
¡¿En que mal tan profano me habré visto envuelta para merecer semejante calamidad?!
¡Que el dios de los hombres se apiade de mi aun esperanzado corazón!
¡Oh! ¡hécate! diosa de la noche, ¡cántale mi canción!
¡Oh! ¡Esta canción de anhelo y desesperación!
¡Que la oiga!
¡Y que su seno se hinche del más profundo arrepentimiento!
¡Hécate!
Me arrojo a tus brazos en lágrimas, lágrimas que me parecen océanos de deshielo. ¡Así como se derrite entero mi antes congelado corazón!
¡Hécate! Caro a ti, te confío.
El delicado y sutil oído de mi amado ¡ay de mi que lo amo!
¡Ay de mi que canto esta canción eterna y desbordante!,
que ha de acabar con el ultimo atisbo de sensatez y de razón

Patologías 1

Desde el cuarto subterráneo de investigaciones patológicas

28 febrero 3512

Hoy cierra una de las investigaciones mas exhaustivas de la última era.
Hace 7 años hubo un accidente de tráfico, una persona se desgarró completamente la cabeza y el encontrar un dispositivo incrustado en la parte central del cerebro desencadenó gran interés entre los doctores de la facultad de la ciudad central.
Despues de examinar el dispositivo se puso en manifiesto que no tenia propósitos malignos, es decir, la serie de circuitos, algo dañados, fue estudiado y reparado a detalle, de manera que en posteriores experimentos fue implantado en diversos seres vivos de calidad mamifera, esto, evidentemente, para no dañar a ningun ser humano y obtener resultados satisfactorios en el analisis del dispositivo.
Los dos meses consecuentes arrojaron un fallido resultado al no observar ninguna reacción favorable o desfavorable en los sujetos a investigacion.
Dias después, los cientificos involucrados en la investigacion, mandaron peticiones formales a las autoridades supremas para realizar los analisis en seres humanos, evitando el menor daño a la sociedad, porsupuesto.
Esto se debió a la importancia atribuida por algunos expertos al dispositivo; ya que era una tecnologia primitiva y a la vez increiblemente visionaria y además, tenia como caracteristica principal estar relacionado a la fecha precisa del "evento desconocido", hacia el año 2010.
Esto elevó las expectativas de la investigación, el acceso y sobre todo el presupuesto delegado a la misma.
6 meses despues, el permiso fue firmado y llegaron los primeros sujetos listos para la examinación conductual bajo el influjo del dispositivo.

Los resultados fueron sorprendentes.
Al parecer a las pocas horas de habérseles implantado el mecanismo en el lugar exacto de haberlo encontrado en el primer individuo, la persona manifiesta claros indicios de misticidad y excentricismo.
Parecian hablar con alguien llamado "dios" y mencionaban terminos extraños como: bendicion y oracion, terminos desconocidos hasta ese momento.
Esto significó el detonante para los expertos sobre "el hecho desconocido", para investigar a fondo y determinar su relación con el mecanismo.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Pintura

Llegué a su casa, una casa grande, muy espaciosa. “Hey, qué onda”. Tenía hambre y me atraganté con las gorditas que había en la mesa. Los nervios empezaban a hacer efecto. Recordé lo que le había dicho el día anterior: “Yo ya había sido modelo”, pero a decir verdad, exageré. Su cuarto estaba lleno de cuadros. Dos de ellos con viejas desnudas. “¿Y ellas posaron así o te las imaginaste?” Con toda la naturalidad del mundo me contestó que así habían posado y que eran sus amigas. Empecé a hablar de la escuela como idiota, de los amigos en común. La verborrea fluía. Y mi sensual imaginación también. No quería pensar en nada. Entonces mi amigo abrió la boca y dijo lentamente: “Aquí está la botella, por si quieres”. Parece que ésa era la respuesta a mi anterior pregunta: “¿no tienes algo para darme valor?”. Entonces vi en la mesa la botella de vodka completa. Uno, dos, cuatro, cinco, siete… ¿Ya cuántos shots llevaba? Me recosté en la cama y me dije: “En menos de quine minutos me voy a poner bien pendeja”. Entré al baño y, con la prisa y los característicos movimientos de ojos y brazos de las borrachas, me desvestí. Después salí y me acomodé en la cama, que estaba deshecha, las sábanas me picaban: La cara de mamá se me aparecía a cada instante, diciéndome que yo era una perdida.
Él sostenía un lápiz y un cuaderno de esas hojas gruesas que no sé cómo se llaman. Me decía: muévete para acá, recuéstate para allá, quítate los lentes. No, espera. Mejor no te los quites. Se ve bien así. Pon la mano acá. Cuando terminó de dar las indicaciones yo ya estaba en mi punto máximo: Totalmente borracha y cachonda.
Esperé, no fue difícil esperar. Los ojos se me iban para todos lados. Me gritaba: “¡Hey, no te vayas a quedar dormida!”, a lo que yo respondía ebria: “Na, cómo crees”. Luego me dijo: “listo ya puedes moverte”. Me tumbé en la cama y él se acostó junto a mí. “Demonios, esto va a terminar en lo que todos dicen que termina”, pensé. No me daba cuenta de mi desnudez. El me acarició las piernas y la cintura. Temblaba.
Noté que algo frío y duro recorría mi cuerpo. Aunque trataba de moverme para saber qué era, no podía. Él parecía deslizarlo con un placer inmenso. Me confundía. Sentía su respiración acelerada, caliente, en mi oreja. Se puso tras de mí y apretaba su cuerpo contra el mío cada vez más fuerte. Mi cuerpo no me respondía y cuando sentí el dolor de una penetración rápida y furiosa quise escapar. Contaba treinta y uno, treinta y dos , treinta y tres.
Lo ultimo que vi fue el cuchillo y su otra mano llena de sangre diciéndome adiós. Se cambió de ropa y salió de la casa. No recogió mi cadáver, no limpió, no hizo nada. Cuando se iba lo escuche decir: “una más, unas menos: todas se parecen”.

viernes, 20 de noviembre de 2009

El juicio

En el foro: La mujer enjuicida con el seño fruncido.
Mordiéndose el labio inferior con una mirada soberbia. Sus cabellos largos caen por detrás de la silla.
Derecha, descansa las palmas de las manos en sus rodillas.
Desnuda, esperando el veredicto del jurado.
¿Quién compone éste pérfido jurado? ¿Quién la observa con ojos inquisitorios y sonrisa burlona? Son muchos, miles. Hasta donde la vista alcanza a ver. Sillas llenas de gente demoniaca y sumamente detestable. ¿Qué quieren del cuerpo horrible de la mujer?
¿Qúe buscan si tiene lo que todos tenemos en nuestra carcel de carne?
Ella los mira también, no baja la mirada. No está asustada. La sorpresa se ha ido y el hastío ha llegado a tomar su lugar. Aburrida de la misma silla, aburrida de la misma gente, aburrida de estar desnuda, aburrida ya de vivir esperando el juicio final.

En la muerte está la cura para mi alma enferma

La familia inexistente.
Los amigos que no existen.
Y a aquellos que han usado mi vida para limpiarse sus patas sucias.

Desde el fondo de ésta alma podrida
Los detesto
Isabel