lunes, 30 de noviembre de 2009

Tarde

Tarde, muy tarde.
Al parecer esas palabras hacían un eco increible en mi cerebro. Las repetía una y otra vez como autómata.

Hace algunos meses se realizó una expedicion hacia cumbres del norte nunca antes exploradas por el hombre, dato asombroso dadas las inmensas ganas del hombre por dominar su entorno.
Asimismo, parecia antinatural que se hubiera truncado tantas veces la libre búsqueda en esas tierras vírgenes.

La primer noche de la exploración, el campamento observó claras señales de presencia inteligente alrededor de ellos.
Algunas cosas aparecieron fuera de su lugar, otras, simplemente desaparecieron.
Además, casi a la mitad del recorrido, fueron sitiados por una raza desconocida de perros, si es que a eso se le podia llamar perros; seguidos por un ser de enormes proporciones, de piel plateada y cabellos blancos.

El corazón les dió un vuelco atroz cuando descubrieron su rostro humanoide.
Esto era indescriptible.
Una manada de creaturas siniestras comandada por el que seguramente habia sido reportado como "pie grande", si a algo se le podía atribuir ese nombre, era precisamente a eso.
Inmediatamente la gente dentro del campamento pidió refuerzos. Esta situación rebasaba cualquier expectativa.
Por alguna razón los perros gigantes dejaron huir a los sitiados, pero ellos les siguian los pasos.
Para cuando llegaron los refuerzos ya habian muerto varios perros a manos de los exploradores.
El líder había desaparecido en un momemento insondable de la persecución.
Cuando los helicopteros aterrizaron también lo hizo el.
Salió de entre las espesas nubes y se paró en una roca.
Este ser, además, estaba alado.
No podía ser.
Entonces todas las suposiciones planteadas anteriormente quedaban anuladas.
Lo mas parecido a su apariencia era a la de un ángel.
Le dispararon a matar. El angel esquivó los primeros disparos mientras entonaba una canción, una melodía ensordecedora, irremisiblemente hermosa y que sin embargo, alteró aun más a los miembros de la milicia.
El ángel cayó herido y fue llevado a un laboratorio para ser estudiado a profundidad.
Hace algunos minutos dijo unas palabras en una lengua mistica, no carente de musicalidad y tristeza.
El ángel dejaba este mundo, abrumado.
Ellos trataban de salvarlo.
Yo sólo repetía lo que mi corazón me dictaba decir.
Tarde, muy tarde.

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