lunes, 30 de noviembre de 2009

Hatred

¡Ay de ellos que creen estar más cerca de la mano de Dios,
pues son precisamente ellos que sin saberlo están mas alejados de él!
Pues quien no conoce el sufrimiento, la agonía y el suicidio,
no sabe de lo que él es capaz.
¡Lloran preguntándose por qué les fue enviada semejante traición!
¡Pobres de ellos , mimados!
¡Solo les aguarda desesperación!
Y si una estrella cae del cielo,
¡Reclaman, aúllan!
El que quiere lo mejor para su basura,
no es precisamente puro amor el que su corazón alberga.
Egoísmo, soberbia
¡Ay de ellos que piensan que privar de libertad les ahorrá fatiga!
Santos creen que un día serán
¡Sean humildes, sufran!
Y tal vez un día morirán

Adolfo

El cielo esta azul, aunque con manchas extrañas en el.
Adolfo, un esposo, padre y trabajador ejemplar, sale de su casa una mañana de agosto. Se despide de sus esposa en la puerta nacarada de su hogar y se instala en la parada de autobus.
Va tarde y se impacienta, esta nervioso. Tal vez su jefe lo regañe, es la tercera vez que llega con quince o veinte minutos de retraso.
Por fin llega el camión y lo aborda inmediatamente, no sin antes darse cuenta que esta vez esta deslumbrante, en fin, no le da importancia y se sube.

Toma un asiento, el que sus ojos eligen al azar.
Mira por la ventanilla.
-El jefe va a matarme -piensa mientras se muerde las uñas.

Parecía que un imán atraía sus pupilas hacia el cristal

-que dem... ?

Detrás del vidrio se observaban los edificios, torcidos, negros, incluso... podridos?
De inmediato desvia la mirada, tenía que buscar algún transeúnte, esto tenía que ser producto de la cafiaspirina con coca de la mañana. ¿O serían los huevos fritos?

De cualquier forma, esto era espeluznante. Las personas parecían mas bien algo grotesco parecido a animales de gran tamaño, incluso creyó observar una especie de robot caminando por la acera.

Volteó a ver a las personas que iban en el camión.
Tenían las caras desencajadas y nerviosas, también el vidrio parecía ejercer una especie de magnetismo hacia ellas.

Se generalizaba, Alfredo no podía más, iba a salir. Las figuras a veces se acercaban mucho al camión. Eran monstruos.

Entonces ocurrió.

Una forma gigante surgió detrás de los edificios. Agitaba las manos y tomaba a las criaturas.
- Esto es un ataque, tenemos que salir de aqui.-pensó Alfredo.
La primera persona que se percató, se dirigió ahacia la puerta. Alfredo estaba inmovil, atorado en su asiento.
Las demás personas intentaban salir del camión, pero la puerta estaba atascada.
El caos se hizo presente, el chofer se levantó y también trató de abrir la puerta.
Alfredo solo podía abrir los ojos hasta donde su orbita se lo permitía.
Luego, el camión empezó a sentirse caliente, asfixiante.
¡Se incendiaba! ¡el camión se incendiaba por la parte de atrás! Salía humo negro que parecia dirigido a Alfredo y éste, por fin se levantó. Se unió a los gritos desquiciados de los demás tratando de derribar la puerta. Entonces...

-¡Hijo! ¡ven a comer! es la última vez que te lo digo.

Un niño obeso en un cuarto azul jugando con sus monitos contesta: -¡ya voy mamá!- mientras avienta los monitos que tenia en la mano.
Las casitas ya estan muy viejas al igual que los monitos. Lo nuevo era el camionsito, reluciente y amarillo.
Sale del cuarto dando traspiés y tirando el encendedor que tenía en la mano.

Tarde

Tarde, muy tarde.
Al parecer esas palabras hacían un eco increible en mi cerebro. Las repetía una y otra vez como autómata.

Hace algunos meses se realizó una expedicion hacia cumbres del norte nunca antes exploradas por el hombre, dato asombroso dadas las inmensas ganas del hombre por dominar su entorno.
Asimismo, parecia antinatural que se hubiera truncado tantas veces la libre búsqueda en esas tierras vírgenes.

La primer noche de la exploración, el campamento observó claras señales de presencia inteligente alrededor de ellos.
Algunas cosas aparecieron fuera de su lugar, otras, simplemente desaparecieron.
Además, casi a la mitad del recorrido, fueron sitiados por una raza desconocida de perros, si es que a eso se le podia llamar perros; seguidos por un ser de enormes proporciones, de piel plateada y cabellos blancos.

El corazón les dió un vuelco atroz cuando descubrieron su rostro humanoide.
Esto era indescriptible.
Una manada de creaturas siniestras comandada por el que seguramente habia sido reportado como "pie grande", si a algo se le podía atribuir ese nombre, era precisamente a eso.
Inmediatamente la gente dentro del campamento pidió refuerzos. Esta situación rebasaba cualquier expectativa.
Por alguna razón los perros gigantes dejaron huir a los sitiados, pero ellos les siguian los pasos.
Para cuando llegaron los refuerzos ya habian muerto varios perros a manos de los exploradores.
El líder había desaparecido en un momemento insondable de la persecución.
Cuando los helicopteros aterrizaron también lo hizo el.
Salió de entre las espesas nubes y se paró en una roca.
Este ser, además, estaba alado.
No podía ser.
Entonces todas las suposiciones planteadas anteriormente quedaban anuladas.
Lo mas parecido a su apariencia era a la de un ángel.
Le dispararon a matar. El angel esquivó los primeros disparos mientras entonaba una canción, una melodía ensordecedora, irremisiblemente hermosa y que sin embargo, alteró aun más a los miembros de la milicia.
El ángel cayó herido y fue llevado a un laboratorio para ser estudiado a profundidad.
Hace algunos minutos dijo unas palabras en una lengua mistica, no carente de musicalidad y tristeza.
El ángel dejaba este mundo, abrumado.
Ellos trataban de salvarlo.
Yo sólo repetía lo que mi corazón me dictaba decir.
Tarde, muy tarde.

A Hécate

¡Ay! ¡no llamó! ¡soy presa de unos dolores terribles!
¡Me retuerzo!
¡¿En que mal tan profano me habré visto envuelta para merecer semejante calamidad?!
¡Que el dios de los hombres se apiade de mi aun esperanzado corazón!
¡Oh! ¡hécate! diosa de la noche, ¡cántale mi canción!
¡Oh! ¡Esta canción de anhelo y desesperación!
¡Que la oiga!
¡Y que su seno se hinche del más profundo arrepentimiento!
¡Hécate!
Me arrojo a tus brazos en lágrimas, lágrimas que me parecen océanos de deshielo. ¡Así como se derrite entero mi antes congelado corazón!
¡Hécate! Caro a ti, te confío.
El delicado y sutil oído de mi amado ¡ay de mi que lo amo!
¡Ay de mi que canto esta canción eterna y desbordante!,
que ha de acabar con el ultimo atisbo de sensatez y de razón

Patologías 1

Desde el cuarto subterráneo de investigaciones patológicas

28 febrero 3512

Hoy cierra una de las investigaciones mas exhaustivas de la última era.
Hace 7 años hubo un accidente de tráfico, una persona se desgarró completamente la cabeza y el encontrar un dispositivo incrustado en la parte central del cerebro desencadenó gran interés entre los doctores de la facultad de la ciudad central.
Despues de examinar el dispositivo se puso en manifiesto que no tenia propósitos malignos, es decir, la serie de circuitos, algo dañados, fue estudiado y reparado a detalle, de manera que en posteriores experimentos fue implantado en diversos seres vivos de calidad mamifera, esto, evidentemente, para no dañar a ningun ser humano y obtener resultados satisfactorios en el analisis del dispositivo.
Los dos meses consecuentes arrojaron un fallido resultado al no observar ninguna reacción favorable o desfavorable en los sujetos a investigacion.
Dias después, los cientificos involucrados en la investigacion, mandaron peticiones formales a las autoridades supremas para realizar los analisis en seres humanos, evitando el menor daño a la sociedad, porsupuesto.
Esto se debió a la importancia atribuida por algunos expertos al dispositivo; ya que era una tecnologia primitiva y a la vez increiblemente visionaria y además, tenia como caracteristica principal estar relacionado a la fecha precisa del "evento desconocido", hacia el año 2010.
Esto elevó las expectativas de la investigación, el acceso y sobre todo el presupuesto delegado a la misma.
6 meses despues, el permiso fue firmado y llegaron los primeros sujetos listos para la examinación conductual bajo el influjo del dispositivo.

Los resultados fueron sorprendentes.
Al parecer a las pocas horas de habérseles implantado el mecanismo en el lugar exacto de haberlo encontrado en el primer individuo, la persona manifiesta claros indicios de misticidad y excentricismo.
Parecian hablar con alguien llamado "dios" y mencionaban terminos extraños como: bendicion y oracion, terminos desconocidos hasta ese momento.
Esto significó el detonante para los expertos sobre "el hecho desconocido", para investigar a fondo y determinar su relación con el mecanismo.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Pintura

Llegué a su casa, una casa grande, muy espaciosa. “Hey, qué onda”. Tenía hambre y me atraganté con las gorditas que había en la mesa. Los nervios empezaban a hacer efecto. Recordé lo que le había dicho el día anterior: “Yo ya había sido modelo”, pero a decir verdad, exageré. Su cuarto estaba lleno de cuadros. Dos de ellos con viejas desnudas. “¿Y ellas posaron así o te las imaginaste?” Con toda la naturalidad del mundo me contestó que así habían posado y que eran sus amigas. Empecé a hablar de la escuela como idiota, de los amigos en común. La verborrea fluía. Y mi sensual imaginación también. No quería pensar en nada. Entonces mi amigo abrió la boca y dijo lentamente: “Aquí está la botella, por si quieres”. Parece que ésa era la respuesta a mi anterior pregunta: “¿no tienes algo para darme valor?”. Entonces vi en la mesa la botella de vodka completa. Uno, dos, cuatro, cinco, siete… ¿Ya cuántos shots llevaba? Me recosté en la cama y me dije: “En menos de quine minutos me voy a poner bien pendeja”. Entré al baño y, con la prisa y los característicos movimientos de ojos y brazos de las borrachas, me desvestí. Después salí y me acomodé en la cama, que estaba deshecha, las sábanas me picaban: La cara de mamá se me aparecía a cada instante, diciéndome que yo era una perdida.
Él sostenía un lápiz y un cuaderno de esas hojas gruesas que no sé cómo se llaman. Me decía: muévete para acá, recuéstate para allá, quítate los lentes. No, espera. Mejor no te los quites. Se ve bien así. Pon la mano acá. Cuando terminó de dar las indicaciones yo ya estaba en mi punto máximo: Totalmente borracha y cachonda.
Esperé, no fue difícil esperar. Los ojos se me iban para todos lados. Me gritaba: “¡Hey, no te vayas a quedar dormida!”, a lo que yo respondía ebria: “Na, cómo crees”. Luego me dijo: “listo ya puedes moverte”. Me tumbé en la cama y él se acostó junto a mí. “Demonios, esto va a terminar en lo que todos dicen que termina”, pensé. No me daba cuenta de mi desnudez. El me acarició las piernas y la cintura. Temblaba.
Noté que algo frío y duro recorría mi cuerpo. Aunque trataba de moverme para saber qué era, no podía. Él parecía deslizarlo con un placer inmenso. Me confundía. Sentía su respiración acelerada, caliente, en mi oreja. Se puso tras de mí y apretaba su cuerpo contra el mío cada vez más fuerte. Mi cuerpo no me respondía y cuando sentí el dolor de una penetración rápida y furiosa quise escapar. Contaba treinta y uno, treinta y dos , treinta y tres.
Lo ultimo que vi fue el cuchillo y su otra mano llena de sangre diciéndome adiós. Se cambió de ropa y salió de la casa. No recogió mi cadáver, no limpió, no hizo nada. Cuando se iba lo escuche decir: “una más, unas menos: todas se parecen”.

viernes, 20 de noviembre de 2009

El juicio

En el foro: La mujer enjuicida con el seño fruncido.
Mordiéndose el labio inferior con una mirada soberbia. Sus cabellos largos caen por detrás de la silla.
Derecha, descansa las palmas de las manos en sus rodillas.
Desnuda, esperando el veredicto del jurado.
¿Quién compone éste pérfido jurado? ¿Quién la observa con ojos inquisitorios y sonrisa burlona? Son muchos, miles. Hasta donde la vista alcanza a ver. Sillas llenas de gente demoniaca y sumamente detestable. ¿Qué quieren del cuerpo horrible de la mujer?
¿Qúe buscan si tiene lo que todos tenemos en nuestra carcel de carne?
Ella los mira también, no baja la mirada. No está asustada. La sorpresa se ha ido y el hastío ha llegado a tomar su lugar. Aburrida de la misma silla, aburrida de la misma gente, aburrida de estar desnuda, aburrida ya de vivir esperando el juicio final.

En la muerte está la cura para mi alma enferma

La familia inexistente.
Los amigos que no existen.
Y a aquellos que han usado mi vida para limpiarse sus patas sucias.

Desde el fondo de ésta alma podrida
Los detesto
Isabel

jueves, 15 de octubre de 2009

ApoderARTE

El arte como tal, es expresado como cualquier cosa hecha por un ser humano con el fin de expresar sentimientos, emociones, ideas. Cualquier cosa proveniente del mundo sensorial, los sabores, los colores, los sonidos. Para crear, entonces, el hombre se vale de distintos medios que le permiten lograr su cometido y decir lo que desea transmitir a su congénere. El hombre hace visible lo invisible, hace tangible lo impalpable.
En un sentido amplio, el arte, que viene del latín ars que significa técnica y fue divido por los sabios de la antigüedad en las bellas artes y las artes menores. Las bellas artes abarcan la arquitectura, la danza, la música, la poesía (literatura), la pintura. Aunque recientemente se le han agregado el cine, la fotografía y la historieta. ¿Curioso, no?
Sin embargo, a pesar de que es unánime la opinión de que cualquiera de estas disciplinas son, efectivamente, ramas del arte, las cualidades que hacen de cada obra en particular parte de éste y por tanto, llena y saturada de estética están sujetas a una enorme polémica. Muchos factores entran conflicto a la hora de tratar de establecer una opinión acertada sobre el tema. Pero uno que cobra importancia sobre los demás sería probablemente el placer que debe experimentar el receptor del mensaje contenido en la obra. La intensidad de las sensaciones que se produce en el reflejo sensible de la misma que nos centraliza y unifica. El poder de evocación y de reafirmación en nosotros mismos constituye el valor fundamental: el que despierte goces sensuales en los seres humanos.
Para Ernst Gombrich en realidad el arte no existe, para él, sólo hay artistas. En el arte recae todo el peso de la cultura, de los tiempos, de los conflictos de cada época. Si bien, los cánones estéticos existen, hay barreras que se van derrumbando con el paso de los años. Pondré un ejemplo: en una edad en donde el hombre yace desprovisto de seguridad, cuando el hombre se torna nihilista y carente de intereses debido a múltiples razones de su entorno, por ejemplo, en un ambiente general de post-guerra, la obra más despreocupada atenderá a sus necesidades y a sus deseos más profundo; una obra donde se plasmen las realidades alternas y el mundo de los sueños ofrecerá a nuestros yos rutas de acceso a otras opciones de recreación. Entonces, ésto o aquéllo que nos provoque un sinfín de sensaciones, muchas veces inconexas pero encaminadas de buena manera a la misma finalidad puede llevar, sin duda alguna, el estandARTE de “la belleza”.
Aún así, por mucho que queramos defender al arte como medio de creación, de endiosamiento, de libertad, de sublime expresión, como un medio para deshacernos de las ataduras y alberca donde sumergirnos en un mar de heroica y pomposa dicha, no podemos hacer mucho. Hoy en día muchos conceptos absurdos navegan con la bandera del arte. El poder ha fijado su escrupulosa mirada en la obra artística y ha decidido que ha de adueñarse de ella a como de lugar: repartiendo becas a diestra y siniestra, haciéndose amigo de innovadores y por supuesto, hacerse propaganda de ellos.
La ventajas del producto que lleva el emblema de una nación, de los gustos, miedos, bajezas y aspiraciones de un pueblo, no puede tomarse a la ligera. Es así como el problema va más allá de lo que cualquiera de nosotros pudiéramos pensar y es porque el meollo del asunto es algo que es más propio del ser humano que el amor a lo hermoso: la voluntad de poder.
Así, el arte, los estándares estéticos de una época en un lugar determinado, se convierte en la mejor herramienta para llegar al corazón malherido de la víctima. La lástima con la que se debe ver al prójimo, es otra cosa que debe ser tomada muy en cuenta. Saber por adelantado que todos los seres existentes en este mundo están acongojados y viven sólo por vivir. El elixir que la belleza y el placer proveen es lo que hace de sus insipientes vidas el carrusel alocado que todos desean experimentar. Tomando esto en cuenta, cualquier esfuerzo, bello por supuesto, significará hacerte de fans, muchos o pocos, eso no importa. El hombre creador, el hombre inteligente que ve a su prójimo con lástima y le da un juguete para que se revuelque en su charco de lodo, será exitoso, adulado, admirado, acaudalado e incluso, alabado como a un dios, podrían decir algunos. ¿Acaso eso no es el poder! Qué es el poder sino tener al pequeño vecino en la palma de tu mano, observándote con religiosa exaltación. El hombre creador de cosas bellas se convierte a sí mismo en una escultura fantástica, hecha del más excelso barro humano, tallado por los mismísimos dioses en persona.
Algunos miembros de éste fabuloso gremio de los artistas ya se han dado cuenta de esto que menciono (“algunos” es un eufemismo) y han llevado sus límites hasta las últimas consecuencias. Escritores, pintores, escultores, por mencionar algunos: Octavio Paz, Diego Rivera, Miguel Ángel y más contemporáneamente, hasta los actores de televisión(como Arnold Swachsenegger).
Díganme entonces, el placer plasmado, los sentidos derramados ¿es igual a belleza ó a poder?

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Supermercado

Era una tarde-noche grisácea. No teníamos nada en la despensa y decidimos ir a un supermercado medio lúgubre y raro pero que tenía extraordinarias ofertas. Estaba comunicado a una red de locales, algo así como un mall pero no tan lujoso. Tenía tres pisos de altura y la tiendita de increíbles precios bajos se hallaba en el segundo piso conectada a la demás estructura por una pequeña escalera. Más bien era una tienda “underground” que sólo muy pocos elegidos conocíamos.
Tomamos un carrito, era chistosísimo, de puro milagro no se caía en pedazos. Los fierros chillaban a cada centímetro que lo deslizabas. Estábamos en el área de sopas instantáneas cuando unos muchachos bastante maduritos se acercaban también con su carrito carcacha. Tenían un rostro varonil y cuadrado, con mandíbula pronunciada; uno era rubio y otro moreno. A mí no me gustan los rucos, pero a mi amiga sí. Ella comenzó a hacer ruiditos raros:
“Papasitosss. Dijo en voz media-baja mientras hacía como si succionara un espagueti gigante.
--¡Cállate pendeja! Exclamé en voz baja porque los tipos se acercaban cada vez más.
Mi amiga me ignoró y siguió pronunciando sus obscenidades. Entonces salimos de ese cuarto para entrar al “departamento” de carnes (cada departamento era un pequeño cuarto destartalado). Estaba frío y los sujetos ya nos habían alcanzado.
--¿Están urgidas verdad?-- preguntó el hombre del pelo largo y rubio sin importarle la respuesta y empezó a quitarse la camisa.
Yo me excusé: -- Yo no, yo no, yo no dije nada--- y di unos pasos hacia atrás.
Me dio miedo. La actitud del hombre era hostil y su voz amedrentaba.
Volteé a ver a mi amiga. Estaba feliz, sus ojos brillaban clavados en el miembro del aquél güero.
Me fui. Esto iba a acabar de una manera que no me proponía ver.
Bajé las escaleras y salí a un patio grande con locales alrededor. Me senté en una banca. “¿Qué diablos acababa de suceder?” pensé con todo mi cuerpo expresando incredulidad.
Un piquete en la espalda y David estaba sonriéndome.
--¿Ey qué haces aquí?
--Pues nomás, ya ves.
--Vente, vamos a caminar.
El lugar era bastante grande, mucha gente, mucho ruido. La pista de hielo llamó mi atención. No di crédito a lo que ví: bebés deformes en la pista; otros sólo en posiciones extrañas. Los bebés no lloraban, sólo abrían sus grandes ojos de los que brotaban gruesas lágrimas.
Los patinadores iban poniendo nuevos bebés en la pista y recogían otros.
David vio mi cara de horror y para tranquilizarme (supuestamente) dijo: “son esculturas, es lo nuevo en arte”. No lo podía creer. Hasta dónde había llegado el hombre con la maldita bandera del arte.
--¿Por aquí puedo ir al tercer piso?
--¿Venías de la tienda, verdad?
--Si.
--Más adelante puedes subir por la otra escalera. Luego te llevo, sigamos caminando.
--No, me voy.-- Le di un beso en la mejilla y corrí.
No me importaba si encontraba a mi amiga en el mero punchis punchis. Tenía que irme de ahí. Tenia que contarle a ella lo que acaba de ver. Subí la escalera y me detuve a espiar, por si las moscas, pero ningún ruido salía del cuarto de carnes.
Entré al frío y bizarro lugar y sólo pude ver en el piso un tronco de mujer, sin brazos, ni piernas ni cabeza. Reconocí en ese torso la ropa de mi amiga. No había sangre ni rastro de sus miembros.Ese pedazo cercenado estaba ahí, sin más ni más ¿Qué debía hacer ahora? Observé por dos horas y después me retiré.

Apocaliptia

Han pasado ya seiscientos años desde que la Tierra fue destruida casi en su totalidad. Fueron los humanos quienes la destruyeron. Cuando una guerra terrible terminó...ellos aparecieron.
Bajaron de los cielos en túnicas blancas, resplandecientes, buscando los últimos vestigios de humanidad.
Fue después de unos días cuando el primero de ellos encontró unos pocos sobrevivientes. Pero dos escaparon y pudieron alertar a un campo de refugiados situado al este del mediterráneo.
Para esconderse de ellos cavaron refugios que con el paso del tiempo se convirtieron en una red de ciudades interconectadas.
Seiscientos años son. Los arcángeles aun buscan. No duermen, no descansan y no pararán hasta encontrarlos.
-------------------------------------------------------------------------------------

--¿Y ahora que crees que esté sucediendo Clin?
--no es posible precisar las circunstancias, pero sin duda esta vez es un arcángel.
--Tienes razón, jamás hubieran actuado de esa manera si no.
-----------------------------------------------------------------------------------
La oficina entera estaba esperando. Nerviosos observaban la pantalla principal.
Uriel estaba sentado en una roca. Su aura resplandeciente inundaba su alrededor de brillo. Elegante, soberbio. Con una mano apoyada en su rodilla sujetaba su barbilla. Parecía aburrido, el viento agitaba su blanco cabello. Sus ojos de fuego no miraban nada. Aguardaba.

--¿Está seguro jefe, que podremos obtener la información necesaria de Uriel?
Eso esperamos. Es el menos agresivo, podemos esperar buenos resultados al mandar a Erick.

Un estruendo se oyó en el pasillo. Como siempre, Erick había roto una alacena con equipo que estaba a la entrada de la oficina y su pequeño robot Clin moría de risa en el corredor.
“¡Eres un tonto Erick, no puede ser, siempre haces lo mismo!” Y su risa de ardilla borracha retumbaba en la oficina principal.

Cuando Erick entró, no hubo necesidad de decirle nada. Su brazo reaccionó inmediatamente. Uriel estaba en la pantalla, como lo había supuesto, uno de los siete. Pero…¿Uriel? Era demasiado peligroso. ¿Acaso intentaban...?
-----------------------------------------------------------------------------------
El jefe dijo sin rodeos: “ésta es la situación. Necesitamos que subas y lo enfrentes, no esperamos que lo venzas, claro que no, pero necesitamos tiempo. Hemos elaborado un dispositivo que nos permitirá analizar a los arcángeles. A cada uno le acompaña un animal legendario, compuesto de los elementos químicos que conocemos. Sin embargo, ellos no parecen contener ningún átomo perteneciente a éste mundo. Necesitamos recopilar información, no logramos entender muchas cosas”.
Erick asintió. Desde que su entrenamiento había comenzado nunca había tenido un acercamiento cara a cara con alguno de ellos. La adrenalina causaba un efecto casi mágico en su rostro y sus blancos ojos se veían azules.
-------------------------------------------------------------------------------------
Cuando algunas ciudades ya se habían establecido, surgió una interrogante. ¿Vivirían escondidos por toda la eternidad?
Eso no era posible, de cuando en cuando era necesario salir a buscar alimentos que no se podían obtener bajo la tierra y la vida de los escuadrones que salían a buscarlos se arriesgaba.
El líder de aquél entonces recomendó la formación de guerreros que pudieran enfrentarse a ellos. No se esperaba que los derrotaran, pues la fuerza y habilidades de los arcángeles sobrepasaban cualquier expectativa. Se esperaba entonces, que los distrajeran, de manera que cuando el escuadrón estaba en riesgo, pudieran huir a la ciudad y completar la misión satisfactoriamente. El primero de ellos fue llamado X y le fue dada una mística y legendaria espada: excallibur. La espada no podía ser tocada por ningún ser humano, ya que elegía a su dueño. La espada tenia conciencia de sí misma y ese portador nace cada 1000 años. El laboratorio concibió una solución para que X blandiera a excalibur. Su brazo derecho fue amputado y en su lugar fue puesto un brazo biónico con las características necesarias para ser aceptado por la espada. Fueron hechas mas espadas a réplica y los guerreros que sucedieron a X las blandieron.
------------------------------------------------------------------------------------
Los entrenamientos eran extremos. X estuvo a punto de morir en varias ocasiones. Sin embargo y aunque pusiera parecer absurdo, eso aumentaba su fortaleza.
La familia de X había muerto a manos de un arcángel. En una extraña situación, Miguel había arremetido contra un grupo de pescadores en la costa oeste del mediterráneo.

Su brazo era una combinación de moléculas manipulados genéticamente para acoplarse a una clase de metal. Roca bastante extraña llamado piedra lunar.
-------------------------------------------------------------------------------------
Se le humedecieron los ojos. Sería imposible precisar el sentimiento que produjo esas lágrimas. Justo frente a el estaba Uriel. Por debajo de su túnica se veían unos pies de nieve, hermosos. Todo él era una obra de arte. ¿Qué les hacía destruir a los pequeños hijos de Dios, los olvidados, los pobres, los miserables seres humanos? Todo eso cruzó por la mente de Erick al contemplarlo, recordó las masacres, la guerra. ¿En realidad era esto lo que deseaban?
Sus pensamientos se congelaron. Uriel se había levantado de la roca. Su expresión daba a entender que lo sabía, que lo había estado esperando. Alzó una mano al cielo y un relámpago inmenso se vio en medio de los dos. Las nubes negras ya venían tras de él. Lanzó una ráfaga de viento que Erick esquivó con dificultad: “Es demasiado rápido”. Pensó mientras acumulaba una técnica en su excalibur. El laboratorio estaba estupefacto. Erick corrió hacia él mientras liberaba su técnica mientras Uriel hacia crecer una roca justo entre la técnica y él. Uriel era el manipulador de la naturaleza. Impasible, su lobo blanco aguardaba, parecían tenerle sin cuidado las acciones de su amo. Erick atacaba con fuego pero Uriel respondía con hielo rojo. Esto no acabaría nunca. Ambos eran rápidos pero los ataques de Erick eran rebotados.
Un punto en la pantalla lateral comenzó a moverse. Uno de los de la oficina se dio cuenta. Los demás estaban pegados a la imagen de la batalla. Zadquiel se dirigía a acompañar a Uriel. El miedo se expandió como humo de cigarrillo por la oficina. Era el fin. A esa velocidad tardaría una hora en reunirse con Uriel. No había manera de sacar a Uriel en tan poco tiempo. Además el dispositivo aún no había sido enviado pues estaban esperando un momento oportuno.
La única opción era ayudarlo de alguna manera para poder escapar de los dos monstruos y obtener la información. Era muy arriesgado.
-------------------------------------------------------------------------------------
X estaba en las instalaciones. Lo llamaron y entró sudado y con sus ropas hechas garras por el entrenamiento.
“Te unirás a Erick, es la única oportunidad que tenemos para que sobreviva”. Los blancos ojos de X se entornaron, tenía un mal presentimiento.
“Debes darte pisa y sacar a Erick de ahí, enviaremos una cabina que los traerá de regreso La colocaremos a dos kilómetros de la ubicación actual de Uriel. Contamos contigo”.
Lo vistieron. Subía a la superficie en la cabina mientras, nervioso, rezaba por llegar a tiempo.

------------------------------------------------------------------------------------
Había oscurecido, eran las nubes que Uriel había traído consigo. Ambos saltaban aquí y allá entre las rocas. Apenas podían verse.
La mayoría eran destellos rojos. El elemento favorito de Uriel: el fuego.
Erick hacia lo que podía, su excalibur liberaba la energía necesaria pero él ya estaba cansado. Su brazo de carne sangraba y tenía mucha sed.

jueves, 10 de septiembre de 2009

La lengua (Hablada, escrita y pensada. Un llamado a los lingüistas y pensadores).

Recientemente me he puesto a pensar: a veces el corazón y la mente tienen sensaciones que no se pueden explicar. Pero... acaso es válido que con el mejor sistema de comunicación que existe, el habla, sea imposible explicar todo lo que pasa a través de nuestra insulsa cabecita o nuestro terco corazón?
Cierto día observaba una serie un tanto sangrienta, bueno a decir verdad, muy sangrienta, con violencia psicológica y demás. Observé alrededor de dos horas unos tres o cuatro capítulos que trataban de un mismo tema.
Al terminar el maratón de hemorragias, no pude describir lo que sentía. Un sentimiento, sensación o percepción nueva para mí. Algo que no podía catologar en ninguno de los sentimientos existentes en mi vocabulario, me atrevo a decir que ni siquiera en el diccionario de la real academia española podría haber encontrado una definición para eso en aquellos momentos.
Luego, reparé en una sensación tan curiosa que me aborda desde niña. Antes me ocurría cada domingo, ahora, no conozco las razones exactas por las que se me desata un episodio. A veces es por el frío, a veces por la piyama (cuando me la dejo puesta todo el día) a veces por la escasez de gente o viceversa, cuando hay demasiada gente en mi casa, la cual consta de un espacio muy reducido. En fin, si bien no puedo determinar las causas, si puedo determinar una a una las reacciones que pasan en mi cuerpo: me da miedo, una especie de miedo-vergüenza, como cuando te hayas desnudo y presientes que alguien te observa (aunque eso no sea del todo cierto). Sin embargo, no sólo se limita a eso, ojos de luz que me observan, ganas de correr o de meterte dentro de una caja.
De vez en cuando me pasa en lugares públicos aunque generalmente lo sufro en la comodidad de mi hogar.
Entonces busco, nuevamente, entre mi acervo cultural un maldito nombre para designar todo aquello.
No lo encuentro.
¿Es un problema como mi mente? ¿Es un problema de confundir, mezclar y fundir diferentes sensaciones inconexas en una sola emisión de sensaciones?
No lo creo. Más bien es el idioma, el lenguaje, el que esta en pañales, incompleto, mentiroso y por eso no hay una palabra o palabras para llamar a algunos sentimientos, sensaciones e incluso pensamientos del hombre.
¿Caemos en algún error al llamarlo medio de comunicación?. En cuanto a esta última pregunta me extenderé un poco.
Voy por la calle en un hermoso día lluvioso, y me parece inventar mil canciones en mi cabeza, mil y un poemas y muchos pero muchísimos más pensamientos complejos como cavilar en la similitud entre las esencias de la tierra misma y la virilidad del hombre.
Esas cosas que al transcribirlos en papel parecen carecer de sentido.
Creo saber, o intento pensar, que no dispongo del material necesario para construir mis pensamientos. No puedo reproducir fielmente ni al papel ni a la voz con exactitud lo que pretendo comunicar. ¿Falla entonces mi idioma, el español? ¿Encontraré en el ruso, alemán o griego la posibilidad de dar a conocer mis canciones, las sinfonías de mi corazón?
Mucha gente, estoy segura, y lo he comprobado, piensa infinidad de cosas tan complicadas y profundas, que nunca en la vida serán capaces de externarlo y no creo que por el simple hecho de no querer hacerlo sino porque nos vemos imposibilitados por las palabras, la sintaxis y todas esas reglas de la lengua que muchas veces lo que hace es truncarnos e imposibilitar la verdadera comunicación. El hombre se comunica con frases pre-elaboradas, con códigos de cortesía, y formalidad. Convencionalidades ya establecidas para lograr al máximo una conexión superficial con todo congénere.
¿Queremos en realidad una conexión de esa insignificancia, tan mínima, tan reducida, tan mezquina?

Debemos hacer algo para cambiar la manera en que el lenguaje esta establecido.YA.

jueves, 23 de julio de 2009

continue

Cuando el espacio sin vidrios comenzó a escasear , me senté. Veía los cristales frente a mí y me puse a pensar en una solución. ¿Qué podría hacer para pasar al otro lado y preguntarle a alguien cómo podía regresar a casa? Después de todo,una vez que te sientes perdido, quieres volver a los lugares conocidos, aunque fuese horrible siquiera pensar en regresar.

...Si quería pasar nencesitaba unos zapatos bien duros...
Pensé en usar una piedra grande para amarrármela a los pies a semejanza de unos huaraches, pero eso parecía no ser posible; las piedras grandes sí que son raras. Asi que, metí muchas piedritas dentro de mi zapato hasta que cubriera toda la suela, calé los zapatos una y otra vez, sacaba las piedritas más puntiagudas y dejaba las planas. Me levanté y no se sentía tan incómodo pero si antes cojeaba, ahora caminaba como robot descompuesto.

El perrito en mis brazos y yo nos dirigimos a la ciudad, todavía faltaba un buen tramo hasta llegar a la primera edificación.
Una ciudad inundada de vidrios... ¿quién podría vivir en un lugar como este? Y una voz inconsciente dentro de mi dijo : "yo viviría aquí".
Me sobresalté por haber tenido pensamientos tan pendejos, aunque lo que había pasado en mi casa no era para nada despreciable como motivo para odiar al maldito pueblo en el que vivía.

Por fin le grite a una señora que estaba agachada en el piso, casi a la entrada de la ciudad.
-Señora!-grité sin darme cuenta que utilicé un tonito de desesperación muy desagradable.
La señora, un poco obesa, cargaba un bote en el cual iba colocando los cristales que habia en suelo, los medio desenterraba, los observaba bien, los alzaba y los veía a contraluz. ¿Qué es lo que quería encontrar? Relucían al sol, brillantes y transparentes. A decir verdad podía haber confundido algunos con algun diamante.

Me acerqué porque la gorda me ignoraba. Alomejor no grité lo suficientemente fuerte. Ahora que lo pensaba bien tenía sed y un cansacio terrible.
A unos kilómetros más había una máquina excavadora desenterrando los vidrios a donde pudieras ver había gente o máquinas desenterrándolos.
¿Qué significaba todo esto?

lunes, 20 de julio de 2009

¿naniii!

Ya no me quedaba nada. Caminé hasta que los pies se me cayeran en pedazos, o al menos eso quería. Me detuve cuando vi a un perro pequeño doblando la esquina próxima. Había estado con los ojos hacia el piso las últimas horas, no sabía a ciencia cierta cuánto tiempo había estado caminando. El perro cojeaba. Hice un close-up a sus patitas: sangraban.

Ya me dolía el maldito cuello, así que por fin levanté la mirada. Bajo un cielo de atardecer se extendía un vasto desierto.
"¿Cómo diablos llegué a este lugar?", pensé.
Ésta vez también cojeaba yo, el cansancio supongo que debía de ser.
No daba crédito a lo que veía: el suelo estaba lleno de vidrios. Cristales que inundaban el suelo hasta donde alcanzaba la mirada. Era increible. Miré atrás y no había absolutamente nada tras de mí, así que volví a mirar al frente. A unos kilómetros más se alzaba una pequeña ciudad.
Y digo pequeña porque sólo observé un edificio gigante en el centro, con una extraña arquitectura rimbombante y unas casas viejas alrededor. Sin embargo, se oía un largo murmullo, el bullicio de un pequeño pueblo en las horas diurnas.
No pude contener la curiosidad, cargué al perrito y avancé decidamente cojeante.

domingo, 14 de junio de 2009

guacala con todo

¿No te caga ser el mismo hoy,
mañana,
siempre?
¿No te caga ser el mismo todos
y cada uno de los malditos días?
¿todas las semanas, los dias del año?
¿No odias ver la misma cara en el espejo
¿no te enferma!
¿no te hace vomitar!
¿No te llena de sensaciones inconexas el mundo,
en el cual, tu rostro (¡oh el mismo desde que naciste!)
camina?
¿y necesita caminar?
oh no, ¡caminaremos siempre!
¿Quién no odia ya caminar?
¿Quién no lo llama un placer bajo?
¿Quién, con deseos inconmesurables
no desearía, por una vez
volar?

Cuando el tiempo me ha dejado la boca seca.
La peor sensación,
el arrepentimiento
¡Esta vez queria cambiar! ¡por eso!, la única cosa que yo quise proteger.
Cuando la ilusión es una bestia multiforme
y despreocupadamente...
te escupe en la cara...

jueves, 7 de mayo de 2009

renacimiento placerial

No me importa seguir usando esta pendejada como diario íntimo... es más... ya mi intmidad no me parece "privada". La vida de una persona debe ser transparente y congruente con el mundo. ¿De qué sirve ocultar cosas? Al final, la mente y el corazón de uno mismo está vacío. Son cosas meramente incidentales, el fondo de sí nadie lo puede ver. En fin, me justifico (¿y qué, algún problema?).

Analizando las tonterías que me han sucedido últimamente, me he dado cuenta de que pude evitar tanta fregadera.
Nos empeñamos en creer algo que no existe ni existirá. ¿Por qué será esa curiosa tendencia a ponerle una tela a los sentidos? ¡porque todos nos damos cuenta! ¡ímbeciles los que lo nieguen! Las cosas están ahi: el lenguaje corporal lo dice todo, además que eso de la intuición no es mero invento.
Como sea...
El malestar sobreviene cuando te das cuenta de que has estado haciendo cosas con el firme propósito de dañarte. ¡Wow!
Me he dado cuenta que la finalidad del ser humano no es, ni remotamente, ser feliz. Por el contrario, la autoflagelación es una necesidad inherente al hombre de nuestros días.
Primero en la época prehistórica la necesidad primordial era el placer por la sensacion de subyugar y gobernar. Después lo fue el esparcimiento, el goze, el placer por el placer (ojo, no la felicidad) y últimamente el hombre contemporáneo haya goze en sufrir. ¡Válgame si la sociedad está corrompida. Como sea, ya lo descubrí... bueno lo descubrí hace mucho, pero mi mente idealista no me permitía verlo con claridad.

Hoy sólo deseo una cosa...NADA jajaja

ahuuuuuuu (ahúyo como una loba en celo)
Placer por placer. Vayamos al renacimiento directamente.

jueves, 30 de abril de 2009

A Elias

Dicen que la soledad marca a las personas.
En el caminar distraído, en los ojos displicentes.
Dicen que en la cara, ella teje un mascara.
Con hilos de soberbia
ella oculta nuestro verdadero rostro.
El que urga dentro de sus entrañas ya ha sido contaminado.

Dicen que la soledad marca a las pesonas.
La conciencia parecería algo fácil y asequible 
pero el yo no está delimitado ni ordenado
más bien, esparcido y desorientado. 
Juntar sus partes podría resultar imposible.

Dicen que la soledad marca a las personas.
Ajada y llagada
la conciencia generalmente no quiere dejarse tocar. 
Algunos temen  encontrar a áquel al que han tenido dormido
el que hace reclamos y pedidos.
El que sus berrinches en los sueños hace. 

Dicen que la soledad marca a las personas 
con una marca infernal en la frente.
El dolor es atado, pero las felicidades también.

Dicen que la soledad marca a las personas.
Que sus manos no son cálidas y que su aliento es congelante.
Que los besos que prodigan a otros labios 
se escurren, se desbaratan en el aire
como meras falsificaciones. 
Ellos no conocen el amor. 
La soledad es una barrera impenetrable. 
¿Acaso ellos conocerán la piedad, la ternura, el arrepentimiento?
El corazón podrido gusanos no admite .

Dicen que la soledad marca a las personas. 
El dolor se hace carne y es desechado.
El miedo toca a la ventana y se asoma.
Los ojos se entornan y agachan la cabeza.

Dicen que la soledad marca a las personas.
No pueden conservar nada. 
Intentan confiar
pero sus expectativas son grandes.

Dicen que la soledad marca a las personas. 
Cuentan ¡ay! incluso, que en la noche hasta la oscuridad los abandona.

Dicen que la soledad marca a las personas. 
Su últma consecuencia ¡oh paradoja! el odio se hace pensamiento. 
El odio se hace creación. El odio imagina. 
El odio hace cosas maravillosas. 
El odio se convierte en Dios.

martes, 24 de marzo de 2009

>o

La casa se estaba cayendo a pedazos. La pared que dividía mi cuarto de la estancia se había derrumbado un día que mi compañera, accidentalmente, pasó muy cerca de ella. Ahora, la señora había reubicado mi pequeña habitación encima de una tarima en el centro del patio casi pegado a la ventana del baño.
Por más que busqué mis cuchillos no estaban. Seguramente entre todo el ajetreo del cambio se habían extraviado, o como quien dice se habían "traspapelado".
Este año mi familia vendría a ver el acontecimiento. No sé porqué ellos pensaban que esto era fascinante, que era como la reafirmación misma de la cultura, que debía de ser grandiosoparticipar en él. Yo, sin embargo,pensaba que era la cosa más grotesca, deshumanizante y humilladora que pudieran haber inventado los seres humanos.
Como sea, era algo a lo que nadie podía escapar y mucho menos yo.
Al llegar al lugar lo primero que nos exigieron fueron las ropas. Me desnudé y sentí algo diferente a la vez pasada. La vez anterior me valía si tenía ropa o no, era esa indiferencia que me hacia fuerte.
Esta vez los ojos estaban sobre mí y yo sólo desviaba la mirada intentando ocultar mis pequeños senos. Todos eramos bastante blancos y eso me daba aun más pudor, la ausencia de color en nuestros cuerpos nos daban algo de inferioridad.
Uno, dos, tres sopletes de fuego se encendían intermitentemente mientras ascendíamos a la cumbre del ecenario. Saltabamos uno cuando el otro y se estaba encenciendo, había quienes no podían hacerlo con la rapidez necesaria y salían volando por la presión del magma.
Cuando llegamos arriba (los escogidos, dirían algunos) entramos al lugar. Una cueva gigante llena de vapores calientes y al centro el lago de magma caliente. Se veía muy limpio, muy rojo.
Nos pidieron las armas.
"Maldición, ni siquiera recordé comprar una espada"- pensé, pero pareció que lo dije porque el sensor comenzó a verme fijamente,
-¿No traes tu arma?
-No. Yo iba a comprar una espada porque mis cuchillas se traspapelaron (y dale con la mentada traspapelación)-dije desviando la mirada esta vez hacia el suelo.
-Las cuchillas no se "traspapelan", además cada quien tiene que usar las armas que le fueron dadas.
-Pues ya le dije lo que paso con las mías.

Todos entraron al lago, desnudos, con miedo, el dolor y la sangre ya se podía ver en sus delgados cuerpos. Podía ser el último día de sus vidas. Mientras, la multitud de expectadores formada por padres, hermanos, tios y abuelos de cada uno de los participantes, animaba a los muchachos.

El año pasado sin temor tomé mis cuchillas, a decir verdad, eran la mejor arma de todas para enfrentarlo. Mi cuerpo blanco, debil, pequeño, frágil, se sentía indiferente ante todo eso. Nadé. El calor era horrible pero tenía que hacerlo, o era él o era yo. Mientras mis compañeros observaban atemorizados, fui por debajo de él y rebané sus piernas. Como pude subí y corté su cabeza. Todo fue muy rápido, al menos, yo solo recuerdo unos instantes.

El dragón nadaba hacia la superficie. No tenía ningun arma conmigo. Este era el final, o algo muy parecido al final.

martes, 10 de marzo de 2009

Dolor de ojos

Me duele la cabeza. Me cuesta admitir que tengo eso que todos llaman "miedo". Según yo, para mí eso no existía, pero está aqui. Supongo que es algo adherente al hombre.
Me sobra vida. Desbordo vida. No sé qué hacer con ella. La malgasto, la destruyó, la desperdicio. ¿Debo darle esa vida que me sobra a alguien más? ¿alguien la querrá?. No sé, por ahora sólo la tiro por ahi, no dando vida, sino tirándola al piso, a ver si alguien la recoge.
Me duelen los ojos, estoy harta de ser espectadora en mi propia e insignificante vida. El teatro del mundo y yo ni siquiera soy parte del reparto. Ya no quiero observar, me he cansado de observar. Ya ni siquiera veo bien. ¿Esto es fatalismo? No lo creo, más bien, el ser que observa (yo) nunca ha sido bienvenido.

martes, 3 de marzo de 2009

un jipi world

Dentro de poco sería el festival. Una columna de papeles (o algo parecido al algodón), seres extraños y cosas pegajosas se juntarían en la plaza central.
- No me gusta este jodido festival- dijo Aurú desde su asiento.
-A mi tampoco, es más, creo que esta vez apestará más que el año pasado-advierte Tarara con el ceño fruncido y la boca torcida.
-¡Bah! no te procupes demasiado, esta vez tengo un plan.

A pesar de que el cielo cambiaba constantemente de color, esta vez se encontraba pacificamente establecido un azul muy tenue, casi blanco. Las calles curvas que formaban una espiral de la ciudad, mantenían su verde frondoso con unos toques de negro.
Pasados dos días la bola gigante empezaba a crecer. La gente era incapaz de moverla aunque ésta fuera de un tamaño insignificante. Crecía con rapidez a lo largo de los días hasta alcanzar proporciones titanicas.

Aurú caminaba despacio, pretendía divisar a chicos guapos entre la multitud (si tenían la greña larga era aún mejor).
Tres días de taco de ojo y tambien tres días donde las cosas empezaban a oler mal, muy mal.
"maldición, lo que me temía, esta vez olerá peor" se decía una y otra vez como queriendo parecer preocupada.
"¡Aurú!". Grita Tarara desde un extremo de la plaza sacudiendo las manos.
El plan estaba en marcha.

Era muy arriesgado pero el que el padre de Tarara fuera el alcalde de la ciudad facilitaba las cosas.
"Robé las llaves anoche" dice Tarara, ahora sí preocupada.
Cuando Aurú abría la boca para contestar, la bola imensa empezó a gritar. Los seres extraños ya salen, la gente tendrá que matarlos ahora, esta vez era un poco dificil de imaginar hasta qué proporciones crecería... el año pasado media ciudad fue destruida y ésa bola no le llegaba a los talones a esto.
Corrió aprisa, se trepó a las escaleras más cercanas al resguardo de agua de la ciudad. Si esto no funcionaba... entonces nada lo haría.
Aurú ,ya con las llaves en la mano, entró al lugar. Estaba oscuro y trató de recordar las instrucciones de Tarara para abrir la presa.
Una palanca, luego dos botones azules y al último, el rojo.
El agua corrió y Aurú quedó atrapada contra la pared y el chorro de agua que salía despotricada contra su estómago.
"Diablos..." (¿por qué siempre tenía que maldecir?) Se sumergió y abrió la compuerta. El agua corrió en la direccion que estaba prevista, justo hacia la bola titanica.
El agua arrasó con la bola y de paso con la plaza, las casas, los hombres, las niñas, los niños, los árboles...

--¡John!- dice Yoko muy preocupada. ¡Te esta saliendo espuma verde del ombligo!
¡Con una chingada, ya metete a bañar!
-- ¡NO! que hueva, todavía faltan tres días.

martes, 3 de febrero de 2009

excesos

Un camino de excesos.
Eso es algo con lo que yo soñaba cuando puberta. Deshacerme de todos mis prejuicios(hacia los demás y hacía mí misma) y arrojarme de lleno a los placeres, a esos placeres grotescos que se hacen llamar les paradisos artificialis. Sin embargo, una vez dentro de esa caverna (que al principio parece reluciente y llena de lujos) te das cuenta de la oscuridad, una oscuridad nunca antes vista. ¿Acaso será que los placeres son equivalentes a los dolores? ¿el sufrimiento y la alegría tienden a traer las mismas consecuencias?
Es irrelevante profundizar en preguntas como esas ya que la respuesta siempre será un sí. El estado que el ser humano desea obtener es el equilibrio. Cualquier tendencia hacia alguno de los extremos te deja desquiciado, enfermo.
Últimamente los excesos me llaman de una manera tan exquisita que me es imposible decirles que no, y aunque suene engreído, jaja por los dioses que ya me cansé! Estoy harta, aburrida, esto me enferma. No hay a donde voltear.

Dejándome de estupideces y tomando esto como un diario (chingasumadre). Estoy feliz, ezquizofrénicamente feliz, atorada en la felicidad, embarrada del lodo de la felicidad. ¡¿Qué demonios significa esto?! ¡¿Yo?! ¡¿Feliz? Tan feliz como una fiel de rodillas ante el papa. ¡Así! ¡así de descomunalmente feliz me siento! Es como si todo me hubiera sido vedado y de golpe todo lo que pude haber soñado con anterioridad estuviera en mis manos, ¡y que digo en mis manos! ¡en mi corazón!(¿ah? ¿yo tenía corazón?), asi como cuando me dicen dulces palabras (oh que ingenua me leeo) pero en fin, no debo más que agradecer a los dioses por esto.

jueves, 29 de enero de 2009

El "problema" del ser humano


El mundo siempre contorsionado en busca de una respuesta. La respuesta a esa pregunta que todos nos hacemos y que nunca llegamos a responder con certeza: ¿qué es lo que quiero?
Incluso si efectivamente alguien fuera feliz, estuviera complacido y satisfecho con las cosas que le han sucedido a lo largo de su vida, siempre estaría presente esa oscura voz en nuestro interior que nos dice amargamente: "algo me falta".

El mundo aparece ante mí incorruptible, sabio, inequívoco, pero el ser humano, desgraciadamente aparece jodido, incompleto, débil, el animal más desdichado, el más incapacitado de todos. ¡Oh qué paradoja!
¿A qué se deberá este horrible destino, este vivir muriendo, este caer en picada al suelo, al abismo? ¿qué diablos es lo que buscamos? ¿en dónde lo buscamos, o deberíamos buscarlo?
¿deberíamos buscarlo adentro? ¿en los más reconditos espacios de la conciencia? ¿quizá en el inconsciente?

Probablemente lo que buscamos sea algo que fue escondido antes de que tuvieramos uso de razón, algo que nos pertenece y que sin embargo, no lo conocemos o quien sabe, podría ser algo ahí afuera, algo que nos fue quitado a los hombres antes de su concepcion y que lo trajo mutilado al mundo.

¿Cómo será cuando eso venga a la claridad y nuestras pupilas puedan apropiárcelo?
¿será aqui? ¿en otro mundo? ¿en otro nivel de conciencia?
¿en una evolución que debamos de sufrir pada poder recuperar semejante pérdida?
Tal vez todos debamos pensar que lo encontraremos...

Esa es almenos la parte filosófica del asunto.
Si llevamos esto a la religiosidad será más comprensible.
El error que cometió el creador. Un grave error que nos costó, nos cuesta y nos costará demasiado. Comenzaré con una pregunta (para variar el hombre está lleno de preguntas)

¿Aguien puede decir con seguridad si Dios es hombre o mujer?


Ni los eruditos, ni los apostoles ni nadie podría decir eso! ni los profetas! NADIE.

Se dice que los angeles no tienen sexo, pero más acertado sería decir que precisamente, tienen los dos sexos. Es decir, un sexo en el cual lo feminino y lo masculino convergen, el bien y el mal, el jin y el jan.
¡Asi es, Dios se partió en dos! Algo que debió haber sido un todo fue divido y eso condenó a la humanidad. El quilibrio fue roto. Buscamos constantemente esa otra mitad, aquello que nos fue robado, el opuesto, el complemento.

El todo. El verdadero ser, desapareció.
Estamos jodidos.